Pocos destinos de Sudamérica tienen el charme de José Ignacio. Este pueblito de pescadores se transformó en los últimos años en uno de los destinos más sofisticados de la región, elegido por turistas de alto poder adquisitivo que prefieren  un estilo de vida slow, tan lujoso como la Península pero mucho más agreste y distendido. Grandes chacras marítimas y alojamientos de alta categoría sumamente personalizados forman la exclusiva propuesta de hospedaje del balneario.

José Ignacio queda a solo 40 kilómetros de Punta del Este, sobre el kilómetro 182 de la Ruta 10. Su pico de temporada es durante la primera quincena de enero, cuando el perfil sereno del balneario es irrumpido por un gran número de veraneantes y fiestas exclusivas, aunque sin perder el carácter descomplicado que define al lugar. Fuera de esta corta temporada, la tranquilidad vuelve a imperar y el balneario se rige otra vez por la frase que lo ha hecho famoso, pintada en un letrero de madera en la entrada del pueblo: “Aquí solo corre el viento”.

Atractivos de José Ignacio

Excelentes restaurantes, hoteles boutique y galerías de arte dan a José Ignacio un ambiente bohemio-chic que combina muy bien con su espectacular paisaje de olas potentes y dunas ventosas. El parador La Huella sobre la calle Los Cisnes es el hot point del balneario, donde se pueden degustar deliciosos mariscos frente al mar y cruzarse con alguna de las celebridades que veranean en las chacras marítimas del balneario.

La península coronada por el emblemático Faro forma dos playas, una Mansa y una Brava, esta última célebre entre los surfistas. Desde lo alto del faro (abierto a visitas) se aprecia un increíble panorama oceánico enmarcado por las lujosas residencias del balneario, casi todas de estilo rústico minimalista.

Los amantes del ecoturismo encontrarán en José Ignacio un paraíso para explorar. Hay dos lagos bordeando el pueblo que ocupan un total de cuatro mil hectáreas y que son un escenario inmejorable para el avistamiento de aves. El final del invierno es la temporada de las ballenas francas, que pueden observarse muy cerca de la costa. Las cabalgatas y los paseos en bicicleta son actividades clásicas en José Ignacio para contactarse con la naturaleza.

El pueblo Garzón, a 42 kilómetros de José Ignacio, es un lindo paseo para hacer durante la estadía. Es una pequeña localidad tierra adentro con la tranquilidad típica del interior, pero con la exclusividad que le dan algunos visitantes ilustres como el escultor Mario Lazo o el chef Francis Mallmann, quien ha creado en el lugar el mejor restaurante del país.

Fuente: turismoenuruguay.org

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